Payaso...
Realizaste el mayor truco de magia... en el cual yo fui tu único
espectador y protagonista de un espectáculo ridículo donde tu teatro mediocre
fue el mejor, donde tus artimañas jugaron el papel más importante, las
escondiste como el buen teatrista que eres, podre mago que con su verdadero
amor jugó y perdió.
Hoy me duele reconocer que te creí, sí te creí y no me avergüenza
acertarlo, caí por amor ante un triste payaso.
Pero está bien porque ya conozco tus artimañas esas que utilizas para
vivir una vida falsa, una vida en la cual tú eres el mayor perdedor de una
historia de amor ridícula.
A cada paso que das solo dejas odio pero no ese odio que envenena el
alma, sino del que cada día te vas convirtiendo en un fantasma y lo peor aún en
un recuerdo que con el tiempo se convierte en olvido…
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